El impacto de estudiar música en el desarrollo de los niños
El estudio de la música tiene impacto en el desarrollo motriz e intelectual, sobre todo durante las primeras etapas de la vida.
Los niños necesitan desarrollar ciertas habilidades para tener diferentes herramientas útiles en las siguientes etapas. No funciona explicarles directamente cómo deberían ser estas aptitudes, sino que es necesario encontrar una manera apropiada de que las aprendan sin que sea frustrante.
Y la música es una de las formas más efectivas para desarrollar varias de estas habilidades deseadas. No se trata del hecho de tener un músico joven en casa, sino de qué aporta el aprendizaje de la música a su formación como individuo.
A algunos padres les cuesta inscribir a sus hijos en este tipo de actividades porque requieren una inversión gran de dinero. Sin embargo, quizás cambien de opinión al conocer los beneficios y saber que la compra de instrumentos musicales no tiene que ser tan complicada si se buscan algunas ofertas y piezas de segunda mano.
Habilidades que se desarrollan al estudiar música
El objetivo final suele ser aprender música, pero para ello se tienen que alcanzar objetivos más pequeños. Lo curioso es que estos pequeños pasos están directamente involucrados con el desarrollo de habilidades útiles en otras áreas.
- Reforzar la concentración. La música estimula áreas del cerebro que es difícil ejercitar de otra manera. La atención al detalle se debe desarrollar a través de ejercicios activos, y no se trata tanto de una habilidad que alguien tenga o no de forma innata.
- El incremento de la memoria. Existen diversos ejercicios para mejorar la memoria, sobre todo a corto plazo. De hecho, es algo que se aplica constantemente, y está relacionado con la capacidad de concentración. El caso del estudio de la música es ligeramente particular porque no solo se recuerda más, sino desde diferentes fuentes. Se debe a que este tipo de estudios involucra la memoria visual, gestual y visual en simultáneo.
- Afinar la coordinación. La música se centra mucho en el ritmo, pero esto va más allá de algo simplemente auditivo. Ser capaz de apegarse a diferentes ritmos requiere de gran precisión y capacidad de adaptarse con rapidez.
A esto se le puede añadir la socialización y la comunicación. Esto sucede porque el niño suele estudiar música en grupo y coordinarse con sus compañeros de grupo al momento de tocar, incluso durante las prácticas. Es una característica que tienen todas las actividades en grupo.